martes, 26 de enero de 2010

"Ni-ni"

La calamitosa situación de la juventud española ya no es sólo objeto de debate en nuestro país. Ayer por la tarde, el diario francés Le Monde, presentaba una excelente crónica sobre la que se ha dado en llamar generación "ni-ni" . A lo largo de la misma, el periodista hace referencia a las características de esos chavales y chavalas jóvenes de entre 20 y 30 años que ni estudian ni trabajan y que ya superan el medio millón de personas en España.

Como afirma el autor en su crónica, el origen de la generación "ni-ni" no es fortuito. Se trata de niños que vieron como, durante la etapa de bonanza económica, sus hermanos y hermanas mayores, tanto formados como sin formación, nadaron en el océano de la precariedad desde que se incorporaron al mercado de trabajo, encadenando contrato temporal tras contrato temporal. Muchos de ellos, aún cobrando pírricas nóminas de 1.000 euros mensuales o menos, se embarcaron en la aventura "disparatada" de ser propietarios de un piso, cosa muy española por otra parte, que no tiene parangón en ninguno de los países de nuestro entorno.

Este deseo de tener una casa en propiedad fue espoleado por las entidades financieras, que aunque sabían que estos jóvenes vivían una situación laboral en el alambre, les concedieron hipotecas con unos requisitos poco menos que vergonzantes.

La solución fue ampliar el tiempo de pago de las hipotecas; en vez de hacerlas a 15 o a 20 años como las hicieron nuestros padres, las hipotecas de nuestra generación se pasaban a 40 o a 50 años. Aún así según el Consejo de la Juventud, la hipoteca se lleva, de media, el 51,2% del presupuesto de una pareja joven en la que trabajen sus dos miembros.

Aquellos jóvenes empezaron a vérselas y deseárselas para pagar sus hipotecas, justo en el momento en el que la burbuja inmobiliaria estalló. El principal motor de la economía española durante los últimos años se gripó, y eso tuvo un efecto demoledor en un país que había puesto todos los huevos en la misma cesta, la construcción.

Al estar toda la economía conectada a ese gigante, miles de empresas empezaron a cerrar y los primeros en caer fueron los más vulnerables, entre ellos los jóvenes con contrato temporal que habían contratado hipotecas a 40 y 50 años.

Sus hermanos pequeños fueron testigos de todo este proceso que se sumaba a muchos otros factores que acabaron convirtiendo España en un país al que se le han acabado las letras del abecedario para nombrar leyes de educación (LODE, LOGSE, LOUE...y podríamos seguir) y en el que el papel del profesor, tras el maremágnum normativo, ha sido totalmente vilipendiado y degradado, con remuneraciones vergonzosas y onerosas cargas de trabajo. Un país en el que unos medios de comunicación, principalmente la televisión, obsesionados por el share, fueron desterrando las programaciones infantil y juvenil y sustituyéndolos por sub-productos de entretenimiento.

Un lugar en el que la cultura del mérito y el trabajo ha sido desterrada de todos los territorios de la esfera pública y donde la "fama" y la ilusión del dínero fácil se han convertido en un fin.

Factores como la tele-basura o la corrupción urbanística generan una sensación de impunidad social en la que el que cumple las normas básicas de convivencia, como por ejemplo pagar impuestos, queda como un "pringao".

Y de estos polvos, vienen estos lodos. Hoy en día en España 562.100 jóvenes son "ni-ni", un 15% de los jóvenes entre 20 y 30 años. En 2009 1,4 millones de jóvenes en españoles estaban a la búsqueda de un empleo. No se trata precisamente de datos que espoleen la voluntad de hacer cosas en los que vienen por detrás.

1 comentario:

  1. Pues me ha gustado mucho, sí. Lo peor de todo es que encima sacan un reality a lo gran hermano, en el que meten a varios chavales ni-ni en una casa y a los que seguro que pagarán bastante pasta por estar ahí. Rizando el rizo...

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