Error de bulto

Las autoridades israelíes anunciaron ayer la construcción de 1.600 nuevas viviendas en Jerusalén Este. Dicha decisión choca directamente con una de las condiciones expuestas en la Hoja de Ruta propuesta por Estados Unidos, en la que, para reanudar las conversaciones de paz, se pedía entre otras cosas, el final inmediato de los asentamientos durante 10 meses, decisión tomada por el gabinete Netanyahu. El problema es que el Gobierno israelí considera que todo Jerusalén está bajo su jurisdicción, con lo que eso implica que la decisión no se aplica a esos territorios.

El que Israel viole los tratados no es novedad. Desde la vuelta al poder del Gobierno Nethanyahu se está convirtiendo casi en una constante. Pero en esta ocasión el momento de la iniciativa convierte el hecho en un error de bulto. El vice-presidente estadounidense Joe Biden se encuentra de viaje en Israel y Cisjordania para dar un nuevo impulso a las conversaciones de paz entre las partes.

Biden se reunió ayer con las autoridades israelíes y les aseguró que Estados Unidos está "comprometido con la seguridad del Estado Hebreo", en relación con el presunto desarrollo de armas nucleares por parte de Irán. Las declaraciones de Biden intentan calmar las ansias de Tel-Aviv de llevar a cabo un ataque aéreo preventivo sobre las instalaciones iraníes donde se está enriqueciendo el uranio que Irán sigue asegurando que es para uso pacífico.

La noticia de la expansión colonial ilegal israelí se produjo justo al llegar Joe Biden a Ramala y entrevistarse con el líder de la ANP, Mahmud Abás. Allí, el vice-presidente estadounidense ha lamentado la decisión israelí y ha asegurado que supone una dificultad para reanudar las congeladas negociaciones de paz entre israelíes y palestinos.

Hoy el gabinete israelí ha pedido disculpas, pero en ningún momento ha tomado la decisión de detener los asentamientos. La prensa del país acusa a Netanyahu de haber "arruinado la reanudación de las conversaciones" entre Israelíes y Palestinos.