sábado, 14 de mayo de 2011

¿Será la marea incontestable?

Quedan algo más de 24 horas para que se celebren en toda España las manifestaciones convocadas bajo el lema '¡Democracia Real Ya! ¡No somos mercancía en manos de políticos y banqueros!'. La convocatoria lleva siendo un hervidero en Internet desde hace semanas e incluso meses. el 'run run' empezó a circular en las redes sociales de manera casi simultánea a la convocatoria de la manifestación de JuventudSinFuturo.

La expectación por parte de los que creemos que el Fin de la Historia es una pantomima neoliberal y que la Historia con mayúsculas la construyen los pueblos es grande, pero el envite es mayúsculo.

Lo es porque somos una de las sociedades más desmovilizadas de Europa. La última vez que hemos salido a la calle en masa fue hace ahora casi un año cuando España ganó el Mundial de Sudáfrica.

Por eso el anhelo de que funcione es mayor es casi obsesivo, porque parece que la llama, por fin, está prendiendo, igual que lo ha hecho en Islandia, en Grecia, en Francia, en Reino Unido, en Portugal o incluso en Egipto y en Túnez. Es posible que la marea incontestable antineoliberal esté llegando a las costas de España.

Una marea que quiere barrer las viejas formas de hacerlo todo. Un movimiento que quiere restructurar el equilibrio de fuerzas entre el Pueblo y las élites financieras y políticas, que quiere recordarles que, aunque el sistema está muy bien montado, ni unos ni otros son nada sin nosotros, el Pueblo.

Se trata de decirles que no es de recibo que mientras en España hay casi 5 millones de parados, las grandes empresas financieras, energéticas y de telecomunicaciones siguen ganando dinero a espuertas. Se trata de decirles que la política no sirve para el enriquecimiento personal, y que la corrupción es el mayor acto de traición democrática que existe. Se trata de decirles que los representantes elegidos por el Pueblo deben tener siempre presente la defensa de los servicios públicos, pilar del Estado de Bienestar y cuyo correcto mantenimiento supone una garantía de la igualdad de oportunidades a la que toda democracia moderna debe aspirar.

Se trata, en definitiva, de volver a poner el foco de la transformación social en la gente, en el Pueblo. De volver a recuperar la dignidad y empezar a transformarnos en ciudadanos, no sólo en consumidores. De ser, como lo fueron nuestros padres y nuestros abuelos, sujetos activos del cambio social que está por llegar, y de dejarles bien claro a las oligarquías financiero-políticas que han tirado demasiado de la cuerda.

Hay que ser contundentes y decir que los jóvenes, los parados, los jubilados, las mujeres, los inmigrantes, los precarios, es decir los INDIGNADOS, no vamos a tolerar que el peso de las decisiones tomadas durante los famosos años de las 'vacas gordas', decisiones que han llevado a la debacle económica, política, social y humana más grave de la historia reciente, caiga exclusivamente sobre los hombros de los más débiles.

Es hora de hacer política, política con mayúsculas, como sólo los pueblos saben hacerla, saliendo a la calle como se hizo en el 68 en Francia y como hace algunos meses se ha hecho en las plazas de la 'primavera árabe'.

No vamos a tolerarlo más, no vamos a permitirlo más. Somos el Pueblo, y en una democracia real el pueblo debe ser escuchado. Esta plutocracia debe acabar, debe acabar la connivencia entre el mundo empresarial-financiero y las élites políticas, basta ya de tanto escándalo, de tanta vergüenza, de tanta burla. ¡El 15 de mayo TOMA LA CALLE!

Nuestro momento ha llegado.




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