lunes, 7 de marzo de 2011

Las encuestas del miedo

Este fin de semana la escena política francesa ha sido sacudida por unas encuestas de opinión sobre las elecciones presidenciales que colocan a Marine Le Pen, candidata del Frente Nacional (Extrema Derecha) como la preferida de los electores. Los estudios de diferentes empresas colocan a la hija de Jean Marie Le Pen, histórico dirigente ultranacionalista, filonazi y antisemita francés, con unos índices de intención de voto de entre el 20 y el 30 por ciento, cuando hace seis meses se movía en torno al 15 por ciento.

Su discurso es populista y nacionalista, de control férreo de la inmigración y anti-Islam. Se reclama defensora de la laicidad republicana, aunque no vacila en pedir más ayudas para los colegios católicos en Francia. Además, desde hace unos años, el Frente Nacional francés está llevando a cabo un giro hacia lo social con mensajes que calan entre las clases trabajadoras empobrecidas por la globalización neoliberal. No es nada nuevo, existen preocupantes precedentes de éxito en los resultados de partidos populistas de toda Europa, como el Partido de la Libertad de Geert Wilders en Holanda o la campaña contra la construcción de mezquitas en Suiza.

Francia ya vivió un auge de la Extrema Derecha, entonces capitaneada por el padre de Marine, Jean Marie Le Pen, que, en 2002, convirtió al Frente Nacional en la segunda fuerza política del país y consiguió desbancar al candidato socialista y ex primer ministro Lionel Jospin, de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. Esta segunda vuelta se convirtió así en un plebiscito que fue ganado por Jacques Chirac que movilizó todo el voto anti Frente Nacional además del voto de derecha gaullista que le era afín desde siempre.

Desde su presidencia en 2007, Nicolas Sarkozy juega a pescar votos en los caladeros del Frente Nacional, su apuesta por la política de seguridad ciudadana, debate sobre la Identidad Nacional y el recientemente promovido debate sobre el Islam en Francia han atraido los votos procedentes de los simpatizantes de Le Pen.

En 2011, Marine Le Pen, elegida presidenta del Frente Nacional el pasado mes de enero, está atrayendo a esos votantes que se han sentido defraudados por la 'inacción' del Gobierno de Sarkozy, y llama la atención sobre la desconexión de la 'enarquía' (gran parte de las cúpulas políticas de la historia de Francia desde la Segunda Guerra Mundial se formaron en la Escuela Nacional de la Administración) política francesa con la calle.

En una escena política en que el partido del Gobierno bucea en los caladeros nacionalistas y xenófobos y la gran esperanza del Partido Socialista para las próximas elecciones presidenciales es el ultraneoliberal Director General del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss Kahn, el terremoto 'Marine Le Pen' ha irrumpido como un elefante en una cacharrería, y eso no es una buena noticia ni para Francia, cuna de los derechos del Hombre y del Ciudadano, ni para Europa.

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