jueves, 13 de enero de 2011

Suma y sigue


Después de registrar ayer los mejores resultados en 8 meses, podemos leer esta mañana que las grandes empresas del país, las que están en el Ibex35 planean reducir sus plantillas en España en cifras cercanas al 15%. Dichas firmas han vuelto a obtener enormes beneficios durante el pasado año, pero parece que para los señores de cuello blanco y las señoras (pocas) de traje de Chanel no es suficiente. Después de una reforma laboral que no crea empleo, sino que lo precariza aún más y abarata el despido y con unas cifras de paro escandalosas, los llamados "motores de España" consideran que les sale más rentable destruir empleo en España y contratar en países donde los costes salariales son directamente proporcionales a la reducción de los derechos laborales.



miércoles, 12 de enero de 2011

¿De qué se trata realmente?

Durante el pasado fin de semana, los líderes de los sindicatos mayoritarios CC.OO. y UGT, Fernández Toxo y Cándido Méndez, el de la CEOE, Juan Rosell, y el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez se han reunido para hablar del futuro de las pensiones en España. La conclusión de este encuentro es que, si no cambia mucho la cosa, queramos o no, tendremos que trabajar hasta los 67 años para jubilarnos y además tendremos que cotizar 37 años para cobrar la pensión completa. España tiene, en estos momentos, un paro de más del 20 por ciento que afecta a 4.100.073 personas. Además la tasa de paro entre jóvenes de 16 a 24 años es, según un artículo aparecido hace menos de un mes en el New York Times, del 42,9 por ciento, es decir que 4 de cada 10 personas en esa franja de edad no tiene trabajo. Las cifras se mueven en torno al 30 por ciento entre los menores de 35 años.

Ayer, el Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, señaló ante la flor y nata del empresariado español, que se espera que la economía no llegue a niveles de crecimiento creadores de empleo hasta 2015.

Los defensores de la reforma de las pensiones por medio de la ampliación tanto de la edad de jubilación como del tiempo de cotización hablan de la inexorabilidad de estas vías, debido al aumento de la esperanza de vida en las sociedades occidentales.

Sobre este tema, el sociólogo Vicenç Navarro plantea la siguiente idea: "El alargamiento de la edad obligatoria de la jubilación de los 65 a los 67 años afectaría de una manera muy desigual a distintos sectores de la población, como consecuencia de que España continúa teniendo clases sociales. Un burgués vive dos años más que un pequeño burgués que, a su vez, vive dos años más que una persona de clase media, la cual vive dos años más que una persona trabajadora cualificada, que vive dos años más que una persona trabajadora no cualificada, la cual vive dos años más que un trabajador no cualificado con más de cinco años en paro. La distancia entre la última y la primera es de diez años. El promedio de la UE-15 es de 7 años. (La distancia de dos años de longevidad entre las clases sociales es una aproximación, pues tiende a ser ligeramente inferior entre la burguesía, pequeña burguesía y clases medias, y superior entre estas clases y la clase trabajadora)."

Por lo tanto, alargar la edad de jubilación y el tiempo de cotización es ataque más contra los estratos más desfavorecidos de la sociedad y esconde otro fin. Al aumentar la edad de jubilación y de la vida laboral necesaria para cotizar y al tener España un problema de desempleo estructural, cobrar una pensión completa en el futuro que pueda permitirnos vivir dignamente será cada vez más complicado. Muchos pensamos que vamos a ser la primera generación (yo estoy en la treintena) que vamos a vivir peor que la anterior sin una guerra y una postguerra de por medio en Europa Occidental. Así que debido a la precariedad del empleo (bajos salarios y discontinuidad en la vida laboral) existente en España, completar esas futuras y exigüas pensiones con la contratación de los fondos de pensiones privados que ofrecen las entidades financieras.

Eso es lo que está detrás del mantra neoliberal de la reforma de las pensiones: poner en bandeja uno de los mayores pasteles del Estado del Bienestar (bastante pequeño en España hasta en los mejores años) a los bancos y fondos de inversión.

Pero, por mucho que se empeñen los gurús de la ideología neoliberal, estas vías no son las únicas. En España hay dos maneras muy sencillas, si se toman las decisiones oportunas, de conseguir ingresos para el Estado, ingresos que podrían sanear las arcas del mismo sin necesidad de más recortes a los derechos de las clases medias y trabajadoras de este país. Por un lado es necesario combatir de verdad el fraude fiscal y la economía sumergida, que en España se situó en el 20% del PIB en 2009, lo que supone unos 205.000 millones de euros.

Por otra parte es necesario que los que más tengan asuman un compromiso fiscal mayor y acabar con los atajos de las SICAV, sociedades de inversión utilizadas principalmente por las grandes fortunas para conseguir una tributación de sus activos del 1%.

Tampoco estaría mal aprovechar las ganas de trabajar que uno tiene cuando es joven, así que ¿Por qué no hacer que las becas coticen en la seguridad social? En muchos casos, esta medida, permitiría a cada trabajador ganar unos años, ya que en algunas carreras profesionales se van acumulando becas durante dos, tres, cuatro o incluso cinco años desde la obtención del título universitario hasta la firma de un primer contrato propiamente dicho. Es una idea mucho más atractiva y justa que hacer trabajar a una persona de 65 años, ya bastante cansada, dos años más.

Son algunos ejemplos de otras vías para fortalecer las cuentas públicas, vías más justas, más solidarias y que responden a un punto de vista social y sin demasiado eco, de la economía.