lunes, 29 de junio de 2009

"Presidente" por Accidente

Así es Roberto Micheletti, ex presidente de la Cámara del Congreso de Honduras, que, por arte de bayoneta, se acaba de convertir en "presidente" de ese país centroamericano. Un "presidente" que es tan demócrata que su primera medida "democrática" ha sido declarar el toque de queda en Honduras.

Decía hace unos minutos, en Hora 25 de la Cadena Ser, el secretario personal del presidente de Honduras, Eduardo Enrique Reina, que la consulta popular que intentó llevar a cabo el presidente Manuel Zelaya era "equivalente a una encuesta" en la que se pretendía conocer la opinión de la ciudadanía hondureña sobre la posibilidad de reformar la Constitución del país.

Esa consulta no era vinculante, y Eduardo Enrique Reina la ha comparado con esas "encuestas telefónicas que se pueden hacer por cualquier cuestión"

Eduardo Enrique Reina contaba en su entrevista, "desde un lugar seguro", por que tiene orden de busca y captura por parte del demócrata "presidente" Micheletti, que el descontento de la oligarquía hondureña con la línea de gobierno de Zelaya, viene de lejos, y que la consulta ha sido una simple excusa.

Zelaya se puso en contra de la oligarquía y se opuso a las prácticas de las empresas multinacionales que operaban en Honduras, algunos medios contestatarios en Internet afirman que puede que empresas farmaceúticas multinacionales estén relacionadas con el golpe. En resumen parece que Honduras quería empezar a comprar medicamentos genéricos a países amigos como Venezuela o Cuba

http://www.tercerainformacion.es/?Honduras-Intereses-Transnacionales#forum5050

Y en América Latina ya se sabe qué pasa cuando la oligarquía se enfada, que se lo pregunten a Jacobo Arbenz en Guatemala o a Salvador Allende, o al Arzobispo Romero en el Salvador, la respuesta será la misma, que llaman a los "milicos".

La diferencia ésta vez es que el Gran Vecino del Norte, los Estados Unidos de América, no reconocen al Gobierno surgido del Golpe de Estado, es más el presidente Barack Obama, lo ha calificado de "ilegal" y la secretaria de Estado, Hillary Clinton, ha pedido que se reinstaure el Orden Constitucional lo antes posible.

Alegra ver como la doctrina Kissinger, se va desterrando poco a poco del Despacho Oval, y alegra ver que el mundo no es el de hace 30 años.

Así que probablemente Micheletti y su banda, tengan los días contados (en el poder, ya me entienden) porque se enfrentan a todo el rechazo internacional.

Saludos

Agradecimientos y lectura recomendada:

http://www.escolar.net/MT/archives/2009/06/las-claves-para-entender-que-pasa-en-honduras.html

martes, 23 de junio de 2009

“Atención, señores clientes”

No sé si se habrán dado cuenta, pero así comienza el mensaje de aviso de las obras que se están realizando en la línea 6 del metro de Madrid, entre las estaciones de Legazpi y Laguna. Quizás no es el primer mensaje de este servicio público que comienza así, pero en todo caso es el primero que yo he escuchado, y he de decirles que me ha llamado la atención. Siempre he estado más acostumbrado a escuchar por la megafonía del suburbano fórmulas como “atención señores viajeros” más acordes con la naturaleza de un sistema de transporte que cada día da la posibilidad de desplazarse por las tripas de la gran ciudad a millones de personas.

“Atención, señores clientes” me hizo pensar, por un momento, que el metro de Madrid se había transformado, de repente, en una planta más de unos grandes almacenes. El estupor fue importante, he de confesar, y aunque probablemente sea algo anecdótico, creo que detrás de esa, en principio inocente, manera de llamar la atención a los viajeros, se esconde algo, algo con profundas raíces ideológicas.

Considero la fórmula que estoy comentando como un símbolo, un símbolo de una manera de entender la gestión pública, una manera muy particular de entenderla, que es, paradójicamente, hacer que la gestión pública sea menos pública, y que goza de bastante popularidad en Madrid en los últimos años.

El metro es un servicio público, y los que vamos en él no somos “clientes”, somos viajeros o como mínimo “usuarios”, transformarnos en “clientes” así, sin previo aviso y con alevosía (no se si con nocturnidad) es bastante llamativo.

Por que, además, no es verdad que seamos clientes, ya que, según la máxima mercantilista ,“El cliente siempre tiene razón” y, bueno, les invito a intentar reclamar su razón o pedir alguna compensación, por los numerosos retrasos y paradas que sufre el metro de Madrid, si consiguen un resultado satisfactorio, hagánmelo saber.

El “Atención, señores clientes” del metro, me hace pensar en otros robos a mano armada que sufre el lenguaje, como decir “operarios” en lugar de obreros o trabajadores, o hablar de “expediente de regulación de empleo” o asimilar “ciudadanos” con “consumidores”.


Ah, he venido para quedarme.